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Nací el 10 de diciembre de 1929. Hace exactamente 82 años y 3 meses-
Mis primeros recuerdos respecto a la "Persecución Religiosa" comienzan cuando acababa de cumplir 4 años y preparábamos el altar en la sala de la casa que había sido de mis abuelos. Con mucho misterio quitó mi tía el copete de un pequeño guardarropa y comenzó a sacar los manteles, los candeleros, el Misal Romano y por último el Cáliz en su estuche de cuero negro y el Copón. Armaron la mesa que se doblaba de un modo parecido al burro de planchar. Yo veía todo con admiración y en silencio. |
Mi mamá al fin me dijo que no platicara a nadie que se celebraba la Misa porque si la policía se enteraba ponían preso al Padre, según recuerdo Lopez. Yo prometía guardar el secreto y al día siguiente se celebró la Misa.
Otros recuerdos de esa época eran LA CONVENCIÓN DE LA LIGA que se celebró en el comedor de la casa y aunque la casa era bastante grande y nos mandaron a los cinco hermanos a jugar al corral, donde teníamos un cuartito de juguetes que era la ilusión, sobre todo de los mas pequeños. Allí nos llevaron la comida y ya aburrida en la tarde me escabullí y por un patio interior llegué hasta cerca del comedor. La Convención ya se había terminado y los señores se estaban despidiendo. Estuve escuchando tranquilamente y como tenía una memoria envidiable, me aprendí los nombres y apellidos de algunos de ellos.
Al día siguiente con la sorpresa de los mayores estaba haciendo la Convención con mis muñequitos y los llamaba por sus nombres.
Siempre fui terriblemente curiosa y me encantaba enterarme de todo; sólo que sabía guardar un secreto y nunca platicaba lo que escuchaba.
De esa manera me enteré de muchas actividades de mis padres y mis tías.
Allí se escondían cuando los buscaba la policía señores como jorge Téllez V. mi padrino de Bautismo, Luis Barquera y también el Dr. José Ignacio Miranda, que un tiempo fue el Jefe de la Jefatura 14 de la Liga Nacional De La Libertad , así se llamaba entonces por exigencia de los Sres. Arzobizpos Dn. Leopoldo Ruiz y Flores Del. Apostólico y Dn Pascual Díaz y Barreto Arz. De México.
Se despertó mas mi curiosidad y platicaba con mi mamá, sobre el problema religioso y la actividad que mi padre recién fallecido había desempeñado allí. Por ella supe lo relacionado que estuvo mi padre con José de León Toral, aunque del Magnicidio no se enteró hasta después de ocurrido por los periódicos.
Supe también que mi papá fue administrador de la Sucursal 2 del Nacional Monte de piedad. Allí le daban casa para él y su familia y allí prestó una recámara que quedaba comunicada únicamente con la de mis padres para poner la Oficina central de la Liga, asociación a la que ambos pertenecían. En una ocasión se presentaron con mi padre dos señores, de la Liga, diciéndole que a pocas cuadras lo había detenido la policía y por lo mismo iban a vaciar la oficina que estaba en la casa. Les preguntó mi padre a dónde la iban a llevar y ellos le respondieron que ya verían porque no querían exponerlo a que la policía les cayera. Mi Papá tranquilamente les contestó dejen todo como está.
Le alegaban es muy peligroso, Barquera puede hablar en cualquier momento mi papá les dijo "Estamos en manos de Dios. Sea lo que El quiera" En otra ocasión, estaban durmiendo y mi mamá tenía el sueño muy ligero. Abrió los ojos y vió un fanal de luz. Estaban en el tercer piso de la Sucursal. Se dejócaer de la cama y arrastrándose fue al cuarto siguiente y se asomó por la otra ventana que también daba al patio de entrada. Allí estaba un camión de policía y estaban alumbrando los balcones que daban al patio, los del tercer piso .Regresó y despertó a mi papá diciéndole-"Luis, ahí está la policía" – mi padre le dijo tranquilamente –Vuélvete a acostar. No pasa nada, estamos en las manos de Dios.
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Todas esas anécdotas se quedaban en mi memoria. Pasaron los años, me casé y naturalmente mi vida cambió. Nacieron mis hijos y ya dediqué todo mi tiempo a ellos y a mi esposo. Sin embargo, con sacrificios pagaba la evista quincenal "DAVID" que imprimía y dirigía nada menos que el Gral. Aurelio Acevedo que había luchado en la guerra Cristera de 1926-29 y en el segundo levantamiento después de los Arreglos fue el General en Jefe de los nuevos levantados. |
Hablando de Dn. Aurelio le oí contar una anécdota: Estaba escondido en una pequeña casa rodeada de árboles y llegó allí un sacerdote. Aurelio le pidió que lo oyera en Confesión, el padre aceptó y al terminar le dijo que no podía absolverlo si no dejaba las armas por que estaban EXCOMULGADOS Aurelio le respondió –No lo estamos, puesto que nadie nos lo ha notificado. A nadie se le niega la absolución en peligro de muerte y a mí, ve esos árboles me están buscando para matarme. Pero no se preocupe, no me absuelva ¿puede haber cosa mejor que condenarse por Cristo? El sacerdote lo absolvió inmediatamente.
Tantos recuerdos tenía de mi padrino, Jorge Téllez V. de Luis Barquera, de tantos y tantos, pero yo ya no tenía ninguna conexión con los que quedaban de la Liga.
Murió mi esposo, tras una penosa enfermedad, una embolia cerebral que lo hizo sufrir por trece años, mis padres murieron, sólo quedaban mis dos tías Josefina y Consuelo y yo sabía que muchos documentos de tantos ligueros y cristeros que pasaron por su casa durante tantos años, restos de propaganda de la "LIGA" partes de guerra auténticos, Periódicos, con fechas atrasadísimas 1923, era la fecha más antigua.
Mis tías tenían ya una edad avanzada cuando murieron Josefina noventa y tres años y Consuelo 89, mi tía María, María de los Dolores era la mayor y había muerto años antes. Ya no podían subir la escalera al cuarto de servicio donde estaban los papeles mencionados.
Cuando murieron mi hijo Enrique subió al cuarto a revisar y encontró un montón de papeles, todos revueltos, ojeó algunos y se dio cuenta de su importancia y me dijo: "Mamá, todos los papeles de la Liga de mis tías están en su casa en el cuarto de servicio ¿qué hago?- Traemelos. –Pero mamá son un montón.
Yo los recibí y aunque realmente casi tapaban el corredor entre las dos recámaras del piso superior, con paciencia los fui arreglando, como podía. Parecía un rompecabezas enorme y en negro y blanco. Los ordené primero por años, dejando aparte los periódicos y revistas, ya que pude tenerlos así, arreglaba cada año por mes. El lugar para mí mas seguro y posible era el piso de mi recámara, alrededor de mi cama. Trabajaba conmigo una señora ya muy entrada en años y cual no sería mi sorpresa al ver que de los doce montones había formado uno; ni siquiera en orden cronológico, mes por mes sino literalmente como decimos: aventados, donde caigan. Le dije tratando de armarme de paciencia –Por favor, fulanita, no me toque mis papeles. Me hace trabajar doble. -¿Cómo quiere que haga su cama y su cuarto? – No lo haga , por favor.
Ponerlos en orden, me llevó dos largos años. Mi hijo Javier, me regaló un archivero con cuatro cajones y comencé a guardarlos en folders acomodándolos cronológicamente. Por fin llegué a tenerlos y empecé a leerlos, a entender ese jeroglífico,compré libros, antiguos en las librerías del Centro. Algunos era como puras barajas.
Comencé a comprender la verdadera tragedia nacional. Un Gobierno Sectario pisoteando a un pueblo (en esos años) verdaderamente católico. Conocí la tragedia, el desenlace tan doloroso y comprendí , poco a poco, a mi generación tan confundida, y también desorientada. Con mas razón las generaciones siguientes.
Me puse a escribir, a recopilar datos, a tratar de explicar y contar la verdadera Historia de esa Epopeya. No sé escribir, nunca asistí a la escuela, pues los colegios católicos estaban cerrados y estudiábamos (mis hermanos y yo) con clases particulares. Presenté mi exámen de sexto grado en una escuela pagando porque me admitieran como alumna y presentando l exámen. Después estudié la Secundaria Abierta, pero desde niña fui muy aficionada a la lectura, lo que me ayudó a tener una cultura general.
Así nació mi libro, el único mérito a mi modo de ver consiste en que puse la VERDAD, mi. VERDAD confrontada con documentos, periódicos, anécdotas, advirtiendo que eso son. Etc. Se hizo muy extenso mi trabajo pues transcribí los documentos principales completos, o casi completos sin sacar de tiempo y de contexto. Preferí extenderme a que pudiera haber alguna confusión o mal entendido.
Ahora tengo ya ochenta y dos años. Ya soy una anciana, inútil, pero con ideales, los mismos que tuve en mi madurez y juventud. Vivo en el Estado de Veracruz, en una pequeña ciudad llamada COATZACOALCOS, sencilla , sin grandes edificios, pero bañada de sol y refrescada con la brisa del mar. El mar mi compañero y confidente.
Aquí vivo tranquila (hasta donde mi temperamento lo permite) y de aquí espero llegar al Reino Verdadero de Cristo Rey ¡VIVA CRISTO REY!
Nota: La autora Consuelo Reguer Noriega, falleció el 8 de Julio de 2013.
Esta página web está a cargo de su hijo Benjamín Ortiz Reguer.
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